Los niños con Trastornos del Espectro Autista se incluyen claramente en estos grupos y plantean exigencias importantes a las que, con una frecuencia cada vez mayor si tenemos en cuenta las cifras de prevalencia, el profesional y el conjunto del Sistema Sanitario debe dar respuesta. Por ello es importante sistematizar y protocolizar, de acuerdo a las actuales evidencias científicas, las actuaciones clínicas relacionadas con el diagnóstico precoz, las alternativas terapéuticas y el plan de seguimiento.

Este es el objetivo de esta guía que, ante todo, se dirige a los profesionales de Atención Primaria, fundamentalmente a los pediatras, y que pretende ser una herramienta de ayuda y de orientación clínica frente a un problema para el que, además, resulta necesaria la colaboración activa de otros sectores, como el medio educativo y social.
Es este enfoque multifactorial el que caracteriza la guía que se presenta, aún cuando su objetivo explícito sea prestar al profesional la información y las pautas precisas que permitan una detección precoz del problema que, a su vez, mejora sensiblemente el pronóstico y las posibilidades de tratamiento, tanto en el
ámbito sanitario como en el educativo

En la categoría de escolares con necesidades educativas especiales se encuentra el colectivo de alumnos con Trastorno del Espectro Autista (TEA), con peculiaridades que es preciso conocer y tener en cuenta para llevar a cabo una intervención acertada y eficiente.

Puesto que en la escuela se desarrolla una parte importante de la vida de los niños; para favorecer la evolución personal y social del alumnado es preciso que la intervención psicoeducativa ofrezca respuestas a las necesidades individuales aportando el apoyo necesario en la instrucción académica y favoreciendo, también, la integración en su grupo de iguales.

Para cumplir con éxito este propósito se requiere que el colegio cuente con los recursos necesarios, el Guía para la integración del alumnado con TEA en Educación Primaria ambiente se organice de modo conveniente, su profesorado tenga la formación apropiada, el equipo docente trabaje en colaboración, se establezca una buena relación de la escuela con la familia y, sobre todo, que el niño sea considerado como núcleo primordial de la enseñanza.

NIVELES PARA LA DETECCIÓN

El proceso de detección y evaluación diagnóstica, en el que están implicados tanto los servicios sanitarios como los educativos y sociales, se desarrolla en tres niveles (Filipek et al. 1999):
– Nivel 1. Vigilancia del desarrollo.
– Nivel 2. Detección específica.
– Nivel 3. Derivación a los servicios especializados para la
puesta en marcha del proceso diagnóstico y programa de
atención temprana.

Dentro de los servicios sanitarios, los pediatras y enfermeros/as de pediatría de Atención Primaria, por su contacto continuado con los niños y sus familias, se encuentran en una situación idónea para la detección temprana de estos trastornos.
A continuación se expone su labor en los distintos niveles de intervención.

NIVEL 1. VIGILANCIA DEL DESARROLLO
Vigilar el desarrollo infantil, de forma rutinaria, en las revisiones de salud del niño (en la etapa de lactante, preescolar y primeros años de escolar). Esto implica:
1. CONSIDERAR ASPECTOS PRENATALES Y PERINATALES CON MAYOR RIESGO DE TEA

Existencia de un familiar directo con diagnóstico de TEA o epilepsia. Niño adoptado, con antecedentes desconocidos o de riesgo. Síndromes genéticos relacionados con
TEA (Síndrome X Frágil, esclerosis tuberosa, neuro fibromatosis, Síndrome de Angelman, Willians, Prader-Willi,
etc.). Epilepsia.

2. CONSIDERAR LOS MOTIVOS DE PREOCUPACIÓN DE LOS FAMILIARES
Normalmente están relacionados con las alteraciones de la comunicación, especialmente la ausencia del lenguaje oral, no responder a su nombre -o parecer tener problemas de audición- y no mirar a los ojos. Estos comportamientos van acompañados de alteraciones en las relaciones sociales (falta de atención, interés o curiosidad sobre lo que se hace o se dice, relaciones poco adecuadas con otros niños de su edad y rabietas injustificadas).

3. CONTROL DEL DESARROLLO MOTOR, ADAPTATIVO Y SOCIOCOMUNICATIVO
Cuando los familiares se preocupan, tienen normalmente razón, pero la falta de preocupación no asegura la ausencia de problemas. Por tanto la vigilancia debe realizarse en todos los niños mediante alguna escala de valoración.

En resumen, la atención educativa a las necesidades específicas de los escolares con TEA requiere una individualización de los procesos de enseñanza-aprendizaje, teniendo en cuenta no solo la adaptación del currículo sino también la valoración y adecuación del contexto, procurando un proceso flexible y eficiente que facilite la adaptación del alumnado. El propósito de esta guía es aportar un instrumento útil y sencillo que permita conocer las características de los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista y proporcione estrategias aplicadas al entorno educativo que contribuyan a su desarrollo favoreciendo su integración.

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Guía para la integración del alumnado con TEA en Educación Primaria Parte 1

Guía para la integración del alumnado con TEA en Educación Primaria Parte 2

Guía para la integración del alumnado con TEA en Educación Primaria Parte 3