Ante el problema de la desobediencia deberemos conocer como es la relación entre los padres y el hijo. Lo que se nos plantea es un problema de enfrentamiento. Vivir enfrentados no es bueno para nadie. Si hay el firme deseo de corregir la situación actual, será preciso detenerse a estudiar como está la relación familiar, valorar qué estamos dispuestos a hacer y evitar planteamientos radicales o utópicos.

Los padres pueden hacer mucho para solucionar problemas de desobediencia en los niños menores de cinco años. A partir de ahí y hasta los doce, será algo más complicado. Si se trata de un adolescente y las actitudes están muy estructuradas las dificultades pueden subir de tono.

Si la desobediencia indica enfrentamiento porque la relación familiar está deteriorada, tendremos que conocer como se ha llegado hasta aquí. Por ello es preciso tener un profundo conocimiento de la dinámica familiar, para poder hacer una aproximación diagnóstica de esta lamentable situación.

Ser padre de familia es sinónimo de afrontar diversos retos, desde garantizar en medida de lo posible la salud integral de un hijo, hasta educarlo de la forma correcta. Este camino puede llegar a estar lleno de obstáculos, y uno de ellos es la rebeldía infantil.

Se conoce como rebeldía infantil a la etapa de desarrollo en donde un niño se niega a seguir las instrucciones de sus padres y/o figuras de autoridad (hermanos mayores, profesores, abuelos, etc.).

Es un periodo completamente natural que suele aparecer en varias etapas del desarrollo de los hijos. Los periodos de rebeldía más importantes, según expertos, se dan en niños de entre 2 y 6 años de edad, así como durante la adolescencia.

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La rebeldía aparece principalmente en estas etapas debido a que es cuando en la mayoría de los menores aparece la voluntad propia. El niño quiere imponer su voluntad y, para lograrlo, descubre las habilidades de argumentar para hacer lo que él considera correcto y reafirmar su personalidad.

Detonantes
Si bien es una etapa natural en el desarrollo infantil, también es cierto que existen algunos escenarios que detonan la aparición de la rebeldía. Los principales son:

-El nacimiento de un nuevo hermano.

-La separación de los padres.

-Cambio de hogar (casa, ciudad o país).

-Cambio de escuela.

En la medida en que los padres identifiquen alguno de estos factores como causantes de la rebeldía infantil, será más sencillo encontrar una solución y encausar su comportamiento.

¿Cómo afrontarla?
La rebeldía puede ser afrontada por los padres de familia con las siguientes acciones:

1. Establecer reglas claras y apropiadas a la edad de los niños.

2. Evitar reírse de las travesuras o contestaciones inadecuadas de los hijos (hacerlo trasmite el mensaje de que es algo correcto).

3. No permitir gritos ni faltas al respeto (de los hijos hacia los padres o viceversa).

4. Durante las discusiones hablar con un tono de voz firme pero sin gritar.

5. Plantear distintas posibilidades para la solución de un problema.

6. Reforzar las conductas positivas cada vez que ocurran con un refuerzo positivo, como elogios, besos y caricias.

7. Evitar los castigos como medida correctiva.

8. Escuchar lo que los niños tienen que decir sobre su comportamiento. Los padres no deben imponerse sin haber oído primero sus razones.

9. Evitar entrar en una disputa directa con los hijos. Si los ánimos se han elevado, lo mejor es darse un tiempo para respirar antes de continuar la discusión.


Reglas y normas de educación en la infancia
Debemos marcar determinadas reglas, prohibiciones o restricciones, de tal manera que el niño sea capaz de incorporarlas a su comportamiento de manera fácil.

  • Reglas flexibles y bien delimitadas. Las más básicas pueden ser “no pegar”, “no romper”, “no subirse a la mesa”, etc. Si el niño nos pregunta por qué no hay que hacer eso, hay que tener en cuenta que la respuesta “porque lo digo yo” no es la más adecuada, lo mejor es decirle una razón coherente como “es peligroso” o “puedes hacerte daño”, siendo siempre eso lo más acertado.
  • Con el paso del tiempo, algunas limitaciones pueden suavizarse, por lo que en determinadas situaciones o circunstancias es posible que podamos cambiar ciertas reglas.
  • Las necesidades del niño y de los padres deben seguir el mismo ritmo: Si un niño quiere saltar en los charcos que lo haga, pero siempre y cuando use botas de goma o lo que consideres necesario como padre.
  • Las reglas deben ser habladas por los padres: Si la madre dice una cosa y el padre dice otra, el niño no entenderá cuáles son sus reglas exactamente.
Reglas y normas de educación en la infancia


12 Consejos para tratar con niños malcriados y agresivos

  1. Enseñar valores a los niños es una lección muy importante que debe hacerse desde que son pequeños. De esta forma, a medida que crecen, los niños aprenden a respetar la autoridad.
  2. Aunque en algunos casos puede resultar difícil de poner en práctica, debemos conservar la calma ante un niño rebelde, ya que responder con violencia y de forma agresiva, solo conseguirá empeorar la situación. Así que, para que un niño obedezca, debemos pensar con tranquilidad cuál es el mejor castigo.
  3. Los expertos en educación infantil nos recuerdan que los niños aprenden por repetición, es decir, copian las cosas que ven de los adultos. Por eso es tan importante dar ejemplo. ¿Mi hijo no me respeta? Entonces, tal vez debamos predicar con nuestro propio ejemplo, y dejar que el niño vea que nosotros sí cumplimos las normas y la autoridad, y así obtenemos un beneficio.
  4. No permitas ninguna impertinencia de los niños, porque empiezan con pequeñas mala conductas que luego desembocan en comportamientos mucho peores. Así que, si un niño no respeta, actúa desde el primer momento.
  5. Escucha a tu hijo e intenta hablar con él. Muchas veces, el problema de un niño desobediente es por culpa de una mala comunicación entre padres e hijos.
  6. Controlar a los niños tampoco es una buena manera de educar, ya que solo conseguirás que se agobien todavía más. Así que déjales espacio suficiente, porque si lo controlas todos y cada uno de sus movimientos, puedes conseguir que su actitud rebelde empeore.
  7. ¿Has castigado a tu hijo desobediente? Mantente firme y no demuestres tu debilidad. Los llantos y las caricias de tu hijo te están poniendo a prueba.
  8. Ser sinceros en nuestros mensajes, no mentirles, defraudarles ni engañarles. No hay nada que mine más el respeto y la confianza hacia una persona que sus mentiras y engaños continuados.
  9. Evitar darles todo cuanto piden en el momento que lo piden, de este modo conseguiremos evitar convertirnos en ‘padres cajeros automáticos’ o cumplidores de sus deseos. Y aunque todos queremos hijos felices, los padres deben cumplir el rol que les toca y saber decir que no en los momentos necesarios, sin miedo ni temor a sus reacciones ante las frustraciones.
  10. Hablarles sin gritar, los gritos no nos dan más autoridad ni credibilidad ni infunden respeto. Los gritos y las malas formas fomentan el miedo y alejan a nuestros hijos de nosotros. Los gritos son el alimento perfecto para la desobediencia y la desconsideración.
  11. Corregirles de un modo positivo cuando nos contradicen. Debemos enseñar que existen otros modos de decir lo mismo sin ser agresivo, contestón o mandón. Al inicio le pondremos tantos ejemplos que sean necesarios.
  12. Establecer normas o reglas de convivencia claras. Las normas o las reglas de casa nos ayudan a respetarnos mutuamente y facilitan la armonía familiar, como por ejemplo no interrumpir cuando mamá o papá hablan por teléfono o pedir las cosas por favor.
¿QUÉ HACER Y CÓMO REACCIONAR SI UN NIÑO ES DESOBEDIENTE Y NO ESCUCHA?

RESUMEN FINAL

Ante un problema de desobediencia, hemos planteado que es preciso analizar básicamente
tres aspectos fundamentales:
1º. El conocimiento y la práctica de la Autoridad Familiar.
2º. Descartar que se trate de un niño difícil,
.por su edad
.por su personalidad
.por sufrir un trastorno de conducta, emocional o mental.
3º. Descartar un problema de dinámica familiar.
Una vez realizado el diagnóstico, se verá el pronóstico y cuales son las posibilidades terapéuticas.

¿QUÉ HACER Y CÓMO REACCIONAR SI UN NIÑO ES DESOBEDIENTE Y NO ESCUCHA?

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