En los actuales sistemas de enseñanza, el agotamiento emocional se ha convertido en un riesgo real para todos los docentes.

Las tensiones acumuladas por los profesores para tratar de desarrollar su trabajo en condiciones verdaderamente difíciles inciden sobre su dimensión afectiva, sobre su campo emocional. En este artículo, incidimos en los principales factores estudiados como causantes del denominado malestar docente. Finalmente, se sugiere el engagement como una vía alternativa al malestar del profesorado, inspiradora de nuevas investigaciones que puedan ofrecer sugerencias válidas para la práctica profesional.

PALABRAS CLAVE: Malestar docente, bienestar docente, engagement, formación del profesorado.

Las enfermedades profesionales de los docentes

Si atendiésemos, con todas sus consecuencias, a la idea de salud como a algo más que al simple hecho de no estar enfermo, o sea, siguiendo lo establecido por la Organización Mundial de la Salud, si consideráramos la salud como un estado de bienestar completo3, físico, mental y social, lo que vendría a ser una reconsideración contemporánea de la célebre frase de Juvenal “menssana in corpore sano”, la dimensión del problema del malestar docente muy probablemente se multiplicaría y agravaría colosalmente. Se atempera porque las administraciones públicas suelen barajar como criterio determinante el de las bajas laborales. Sin embargo, todo el malestar docente no se encierra en ellas. En nuestros sistemas escolares hay mucho más malestar, hay muchos profesores que sufren y padecen cada día cuando tratan de desempeñar sus tareas profesionales cotidianas. Todo este cúmulo de malestar se diluye en muchas estadísticas que no lo contemplan, entre otras razones porque plantea serios problemas metodológicos de indagación. Progresivamente, se ha ido adquiriendo conciencia, por parte de los docentes, de la existencia de ciertas enfermedades profesionales, de ser una población sometida a ciertos riesgos laborales y no a otros.

O lo que es lo mismo, el profesorado se ha ido apercibiendo que sus prácticas profesionales conllevan ciertos problemas específicos de salud, determinados riesgos laborales4. No hay que buscar exclusivamente factores individuales en la comprensión de las enfermedades profesionales de los profesores, hay que entender que, cuando nos referimos a las enfermedades profesionales, muy posiblemente se trata de algún patrón particular de desgaste, relativo a un grupo laboral específico, dentro de un contexto social, cultural e histórico determinado. Las dolencias psicológicas de los docentes se han ido mostrando cada vez con más claridad en el sistema educativo (Camacho y Padrón, 2005; Del Pozo, 2000; Morán-Suárez, Sanz-Vázquez y Gutiérrez-Santander, 2005). En la medida en que estos problemas se originan con los acontecimientos de la vida de las personas, y no obedecen a alteraciones conductuales o de la bioquímica del cerebro, con base genética, la asociación entre enfermedad mental y labor profesional se hace más sólida.

ESTRATEGIAS DE ACTUACIÓN

A. AMBIENTES
Recomendamos todos aquellos ambientes que tengan que ver con el impulso de las competencias y capacidades, relaciones participativas y democráticas al interior de la comunidad educativa y la creación de ambientes lúdicos que promuevan y faciliten el gusto por el aprendizaje.

  • Ambientes que desarrollan competencias y capacidades Desarrollar en los alumnos una serie de capacidades para la resolución de problemas relacionados con su vida y su contexto social.
  • Ambientes participativos y democráticos Propiciar ambientes que faciliten la comunicación, el diálogo y la deliberación, que formen en prácticas de respeto, tolerancia y aprecio, por la pluralidad y la diferencia.
  • Generar ambientes inclusivos

Trataremos de respetar y apreciar la diversidad considerándola con toda seriedad para evitar la exclusión en el aprendizaje

  • Creación de ambientes estimulantes y lúdicos para el aprendizaje.
  • El juego es uno de los principales mecanismos que permiten desarrollar la creatividad al promover la creación de aprendizajes y desarrollo del pensamiento

B. OTRA FORMA MAS CONCRETA DE ACONSEJAR ACTUACIONES

Aquí trataremos de dar unas nociones de cómo enfrentarnos a tales situaciones pero que son susceptibles de ser aplicadas individual o colectivamente y siempre teniendo en cuenta la edad y nivel escolar. Además cuenta mucho la creatividad del profesorado, así como, su actitud ante tal reto.  Y para comenzar, decir que debemos trabajar con el alumnado de forma constante y permanente, con el objetivo de ayudarles a resolver sus problemas de conductas y/o aprendizajes en el momento que sea necesario. Debemos ser tolerantes pero firmes en la estrategia a seguir.

  • El maestro debe prestar atención máxima a los alumnos/as que tienen bajo rendimiento y con el alumnado inadaptado que requieren continuas charlas y refuerzos.
  •  Una observación sistemática de los alumnos/as supondrá haber continuo feedback, es decir, cambiar las circunstancias adversas.
  • Debemos observar con detalle las conductas que queremos cambiar a través de situaciones previas desencadenantes de la acción indeseable.

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